Por René Hernández González
Cada vez que existen condiciones anormales en el país brotan de la tierra los que salen a defender a las personas que son apresadas. Ese escenario se repite cada cierto tiempo y no es criticable. Ahora, lo que sí critico es que esa defensa no la siento con los miles y miles de seres humanos afectados por los cierres de calles y la violencia generalizada. ¡Esos que hoy gritan por los detenidos callaron cuando cientos de niños en Bocas del Toro fueron privados del programa Operación Sonrisa debido al cierre de vías! ¡Esos que hoy se rasgan las vestiduras en defensa de quienes han actuado al margen de la ley, guardan silencio frente a la destrucción de la propiedad pública y privada! Y no es que promueva el desconocimiento del respeto a los derechos humanos, sin embargo, quienes los exigen también debieron pensar en la violación de los derechos humanos de decenas de miles de ciudadanos. A los que hoy se quejan les digo con franqueza… ¡respeten, para que los respeten!
Se acusa al gobierno de violar los derechos humanos, pero quienes lo hacen no miran la viga que hay en sus ojos. Cada persona que me impide el libre tránsito por el país viola mis derechos. Las protestas y manifestaciones son derechos universales, pero cuando impiden el libre tránsito violan los derechos de terceros. No es mi intención defender o atacar a las fuerzas en pugna, pero quienes violan la ley tienen que afrontar las consecuencias. Reitero, así como hoy salen a defender los derechos humanos de los detenidos también deben hacerlo con quienes hoy son víctimas de los cierres de calles y los actos vandálicos. Y si continúan solo viendo y defendiendo un lado de los acontecimientos entonces quedarán retratados como lo que son… ¡personas que solo defienden a seres que, por no ser humanos derechos, ahora dicen que les violan los derechos humanos! ¡Aprendan a ser justos con la realidad! Abrazos y que Dios nos bendiga.