Por: Julio César Aizpurúa
En una tarde lluviosa nos dirigimos al distrito de San Miguelito en busca de un gran atleta y corpulento panameño, uno grande que no le temía al dolor ni a las heridas, nos referimos a “Sandokan”.
Un luchador que obtuvo cinco campeonatos mundiales en diferentes categorías: 1966 al 1995, Ligero, Welter, Medio y Semi-Completo.
“Fijando la mirada en el horizonte, saltan a mi mente gratos recuerdos de mi infancia, la que estuvo llena de mucha felicidad y emociones deportivas”, recordó Osvaldo Espinosa «Sandokan.
“Yo debuté en 1966 en el gimnasio “Neco de la Guardia” frente al “Tártaro”, lucha que perdí”, dijo el luchador. Agregó, «me dieron una paliza hasta para llevar». Contó que ese día fue abucheado por los fanáticos y le gritaban de todo.
INICIO DEL LUCHADOR
“Era impresionante ver el gimnasio Nuevo Panamá, hoy día con el nombre “Roberto Durán” abarrotado de grandes y pequeños esperando el campanazo que daba inicio a la primera lucha de la noche”, recordó Sandokan.
En la entrevista, el gran luchador y “Titán del ayer y hoy” también nos preguntó –
¿LE GUSTA A USTED LA LUCHA LIBRE?
A lo que nos emocionó su cuestionamiento y nos adentramos a ese tiempo; “Después de una semana escolar llena de estudios y exámenes, esperábamos impacientes el grito de nuestro padre que con voz alta y contundente, preguntaba ¿qué hay hoy?, de inmediato respondíamos emocionados «lucha libre, dije».
Luego de “nuestra” respuesta, la estrella de la Lucha Libre ripostó aún más emocionado cómo es que su seudónimo gustó al país, “adopté mi nombre de una lista de guerreros que presentó el árbitro Barría, me enamoré del nombre sin saber que significaba ni quien era SANDOKAN, tiempo después me pude dar cuenta el significado y la importancia del personaje”, enfatizó Osvaldo Espinosa.
Osvaldo Espinosa «SANDOKAN» junto a otras grandes estrellas de este deporte hacían vibrar las gradas del coliseo.
Osvaldo, hace su infancia en el barrio de El Chorrillo, donde junto a otros niños acudían a los eventos de lucha libre en el “Neco de la Guardia”.
Sandokan, relató que en una velada de lucha uno de los guerreros del ring sangraba por su rostro y que al finalizar la lucha corrió al entarimado para ver si era sangre o salsa de tomate, para su sorpresa, en sus pequeñas manos se deslizó un líquido rojo; y de inmediato se percató que era sangre. “Me emocioné, no me dio miedo ni temor, me motivó aún más para ser luchador», contó.
El duro entrenamiento y dedicación de Sandokan lo llevó en poco tiempo a convertirse en una de las figuras más emblemática y aclamada de este deporte junto a grandes nombres como El Ídolo, Sergio Galvez, Ventarrón, El Olímpico, entre otros.
Sandokan libró batallas memorables, entre las que recuerda con el mexicano Aníbal, rivalidad de la que recuerda un hombro dislocado y mucho desgate físico, con el firme propósito de dejar muy en alto al país y a su gente.
“Luchaba por mi gente, por mi público y por mi país», la lucha libre fue de bien, crecí como profesional y como un ser humano de bien, me dio disciplina y amor por el deporte”, destacó el luchador panameño.
Con los ojos llorosos expresó que la Lucha Libre fue perdiendo fuerza y desapareciendo del corazón de los panameños, olvidándose de las grandes figuras mexicanas que vieron acción en Panamá, como El Santo, El Hijo del Santo, René Guajardo, Rey Mendoza, entre otros.
Sandokan mencionó al equipo de Pccomando.com que su última lucha la realizó en 1995 frente al gran luchador panameño, «El africano», quien años después se convirtió en campeón de peso completo de Lucha Libre.